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martes, 26 de marzo de 2013

AUSANGATE - MONTAÑA SAGRADA


Foto: Ñosy Dueñas
Pared en el Ausangate
Durante la época del imperio de los Incas, el Ausangate (6410 m.) significó una de las divinidades más importantes para la gente de aquella época. Sus escarpados espolones y extremas paredes de hielo y roca, hicieron de esta montaña un verdadero “Dios inalcanzable”.  Calificación que perdura aún en estos días; La gente que habita en sus alrededores lo considera sagrado y quienes pueden acercarse durante un trekking o ver el mundo desde sus cumbres, descubren el enigmático encanto de este seis mil enclavado al sur de la ciudad del Cusco, sobre la cordillera de Vilcanota. Una opción para quienes desean alejarse de las grandes masas de turistas en Cusco y ascender una divinidad Inca de moderada dificultad.La tradición se mantiene aún, cada año (Entre mayo y Junio) se celebra la fiesta del Qoyllur Riti (estrella de las nieves), el cual resulta una amalgama entre la religión católica y la ancestral andina. Miles de peregrinos se acercan hasta las faldas del nevado Qolkke Punku de donde la tradición indica llevar a casa grandes bloques de hielo a cuestas, no si antes pasar por una roca donde se dibuja la figura de un Jesús católico a 4900 m.  Todo ello bajo la tutela del “Apu” (montaña) Ausangate.

Aproximación
Foto: Sergio Ramírez
Listos para iniciar la expedición al Ausangate
El primer registro de cumbre data de 1953, cuando una expedición Austro - Germana, integrada por Fritz Morz, Heinz Steinmetz, Jurgen Wellenkamp y Heinrich Harrer (Este último uno de los primeros en la norte del Eiger), alcanzan la cima por la zona sur. Posteriormente se abren diversas rutas de dificultad en casi todos sus flancos. Muy pocas vías han sido repetidas, quedando muchas líneas por escalar en sus espectaculares caras norte y sur, que se observan desde el trekking de aproximación y salida.Actualmente el acceso al poblado de Tinqui (3790 m.) es muy cómodo. La espectacular carretera interoceánica que une Perú con Brasil, hace que en unas 3 horas desde el Cusco, nos encontremos en este poblado donde encontraremos todo tipo de soporte para el ascenso al Ausangate o la vuelta a esta montaña.Existen 2 opciones para iniciar la aproximación. Empezar a caminar desde Tinqui hasta Pacchanta (4260 m.) en unas 3 horas, o avanzar sobre una carretera carrozable hasta Pacchanta y empezar el trekking desde allí. Todo dependerá lógicamente de cuan aclimatados nos encontremos.

Foto: Octavio Salazar
Alcanzando la cumbre del Campa - 5475 m.
Aclimatación en el Campa
Luego de cruzar los preciosos lagos Comercocha y Caycocha, alcanzamos la cota 4950 para ubicarnos a muy pocos metros del paso Campa, bajo la tutela del nevado del mismo nombre y un espectacular circo de montañas que conforman la cadena de los Puka punta. En esta zona del hemisferio el amanecer inicia entre 4 y 4:30 am. Y el frío es mayor en comparación a la cordillera Blanca o Huayhuash, muy al norte de aquí.Luego de una hora alcanzaremos el paso de altura Campa, para dirigirnos hacia el inicio glaciar de la montaña. La dificultad de la ruta es moderada, una preciosa caminata glaciar hasta alcanzar su arista norte y un pequeño paso inclinado nos colocará a 5485 m. en la cima principal. 
Desde allí, una vista espectacular de la cordillera Vilcanota y su montaña más elevada, el Ausangate, nuestro siguiente objetivo.Jamás olvidaré la llamada a casa desde la cumbre … el mejor lugar del mundo para que a uno le comuniquen que será de nuevo padre … Gracias Dina.Realizamos el descenso por rocas resbalosas y empinadas para alcanzar el sendero del trekking y cruzar hacia la zona sur de la montaña y dirigirnos en una sola jornada, hasta el capo base del Ausangate (4820). Resulta paradójica la sensación del cambio drástico del clima entre la zona norte y sur en esta zona de los andes. Aquella tarde fuimos “enterrados” por una copiosa nevada.

Desde la cumbre sagrada
Foto: Ñosy Dueñas
Cumbre del Ausangate
Al día siguiente, muy temprano, iniciamos el ascenso al campo alto (5450 m.). Ya habíamos visto parte de la ruta un día antes (arista noreste) y mientras duró la caminata al campo alto, la imponente cara sur del Ausangate tutelaba nuestro andar. Nuevamente la nevada empezó a cubrirnos mientras preparábamos la cena, esperando que el tiempo nos ofrezca algo de tregua para iniciar el ascenso a las 1 de la mañana.Con toda la ropa impermeable a cuestas, iniciamos el ascenso e ingresamos encordados al agrietado glaciar, buscando el camino hacia la gran pared de acceso al plateau de la montaña. Hasta ese momento habíamos oído varias versiones de la ruta.  Cada una difería de la otra.El tiempo se portó realmente bueno desde ese momento. Alcanzamos la rimaya y el espectacular amanecer nos ofreció unos de las mañanas más hermosas que haya presenciado en las montañas. Iniciamos el primer largo en un hielo perfecto, uno de nuestros compañeros hizo los largos en libre mientras nos aseguraba con la cuerda en cada reunión. 120 m. 65 - 75 ° y casi 2  horas escalando nos puso sobre el gigantesco plateau .
Los primeros pasos en el glaciar superior fueron perfectos, nieve floja pero estable. Pensamos que mas no se podía pedir, de repente el sofocante calor de la mañana nos obligó a quitarnos las prendas de abrigo mientras nuestra cordada de 3 personas avanzaba cual peregrinos en la fiesta del Qoyllur Riti en busca de su estrella de las nieves. Claro que estábamos casi 2 mil metros más arriba de donde se realiza la fiesta.La zona superior del Ausangate presenta poca inclinación y es posible observar el acceso a la cumbre sobre una pared final. Hasta allí nos dirigíamos cuando empezamos a notar la presencia de nubes provenientes del este que ya anunciaban el mal tiempo.
Casi al medio día, Octavio luchaba con la rimaya final sobre un puente de hielo muy precario, mientras Ñosy aseguraba sobre una buena plataforma. Desde allí, unos 60 metros conducen a una arista afilada y muy aérea. A pocos metros de la cumbre hubo que “cabalgar” la arista escuchando atónitos los terribles truenos sobre nuestras asustadas cabezas y sintiendo un chirrido eléctrico bajo el casco.
El GPS que había dado correcta todas las lecturas anteriores, marcó 6410 m. en la cumbre. Se atribuye varias alturas a esta montaña, casi todas las mismas. Siendo finales de octubre del 2011, registramos esta altura e inmediatamente se inicia el descenso sobre la misma ruta, una rapel para bajar al plateau y desde allí caminar hasta la pared y rapelearla hasta el glaciar.

Vuelta completa
Foto: Octavio Salazar
Festejando las cumbres
El regreso al campo base es también por la misma ruta de ascenso y disfrutando de la vista hacia el gigantesco glaciar del nevado santa Catalina. Decidimos seguir la ruta del trekking por el lado opuesto de donde veníamos  y subir al paso Palomani  (5116 m.) para descender al lago Ausangate “cocha” (laguna en Quechua), 4680 m.Tras disfrutar la vista alcanzamos el paso Apacheta (4900 m.) y bajamos hasta el lago emblemático del circuito, Puka cocha (4800 m.) donde la pesca de truchas y vista perfecta al Ausangate hace un lugar de descanso obligado para quienes buscan el buen trekking.Alcanzamos nuevamente la zona norte de la montaña por el paso Arapa (4790 m.) y descendimos al pequeño poblado de Upis (4458 m.) donde disfrutamos un espectacular día de sol dentro de las calientes piscinas que los pobladores han acondicionado para los visitantes. 
Al día siguiente alcanzamos nuevamente el poblado de Tinqui. 2 cumbres y el circuito completo de trekking en 6 días de intensa actividad bajo y encima de la que desde ahora será nuestra montaña sagrada.

Las vistas finales del Ausangate la tuvieron nuestros compañeros de viaje en el bus público que regresaba a Cusco. 
Nosotros dormíamos plácidamente soñando nuestro siguiente objetivo … Machu Picchu …

Octavio Salazar, Ñosy Dueñas (*), Sergio Ramírez Carrascal (Texto)

Sergio Ramírez Carrascal
(*) Ñosy Dueñas fallecería 8 meses después de esta escalada mientras guiaba sueños.











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