AREQUIPA
- TIERRA DE VOLCANES
Elegir el lado incorrecto
del avión y no poder ver la cumbre del Chachani (6057 m.) al momento del
aterrizaje antes del arribo a la ciudad de Arequipa (2335 m.), suponía para mí
un mal presagio, traté de no pensar en aquello mientras un exigente taxista me
perseguía a fin de contratar sus servicios al centro de la ciudad.
Hace unos años intentamos
junto con la mujer que ahora comparte mi vida, el ascenso del Chachani en la
reserva nacional Aguada Blanca y salinas. El intenso frío le hizo desistir y
tuvimos que regresar a Arequipa en un viejo Volkswagen que habíamos alquilado
en la ciudad y supuso nuestro mejor transporte para entrar y salir de allí.
Habíamos pensado incluso en ir al Coropuna, de 6354 m., pero dada las circunstancias,
las ascensiones se tuvieron que suspender.
Contacté con un club de
montaña nuevo de mi ciudad quienes tenían planeado un viaje masivo precisamente
a estos dos hermosos volcanes. Sin desaprovechar la oportunidad, alisté mis
cosas y casi a finales de noviembre, ya terminada la temporada de montaña,
arribé a “la ciudad blanca”, llamada así por su antaño y sobrecogedor paisaje
nevado en los volcanes Misit y Chachani, ubicados al frente de la ciudad.
Llegar un día antes al punto de encuentro suponía y redundo: suponía un buen descanso y comida, pero el “bicho”; llámese ganas, de salir por la noche venció finalmente y no tuve más remedio que caer rendido al ímpetu de conocer la ciudad previa al ascenso. Encontré a un gran amigo guía que apenas atinaba a reírse de mi desgraciado estado unas horas antes de salir para la montaña; … Nunca más … era lo único que podía balbucear mientras intentaba comer algo.
8 de la noche, punto de
encuentro para salir hacia nuestro primer objetivo, el Chachani. En vano intentaba
dormitar sobre una carretera en pésimo estado, no tanto como el mío claro, pero
tenía el ánimo a tope y pensaba llegar a como dé lugar. Fue lo que finalmente
sucedió, luego de unas penosas, para mí, 6 horas, alcancé la cumbre de este
volcán con un tiempo perfecto y en compañía de un grupo de chicos que venían
tras de mí imaginándome un montañero con un físico excepcional. Quería llegar
arriba rápido y volver a dormir a la ciudad. Aquella tarde es un vago recuerdo
de un autómata sonámbulo que buscó una cama para dormir plácidamente y pensar
en el objetivo central, el Coropuna, la tercera montaña más alta de los andes
peruanos. La ruta al Chachani es un camino zigzagueante y empinado sin ninguna
dificultad más que el frío y la altitud. La vista de la cumbre es realmente
espléndida en un buen día. A lo lejos divisé el Coropuna y una extraña
sensación me invadió, como si pronto estaría en su cumbre principal.
Esta vez triunfó la razón y
nada hizo que me aleje de mi preciada cama a fin de descansar lo suficiente
para este nuevo proyecto. Partimos de Arequipa por la tarde y luego de
descender hasta el nivel del mar, el viejo autobús, nos depositó a 4700 m. a
unos 20 minutos del lago Pallarcocha, lugar de campo base para este ascenso.
Nuestro grupo de casi 30 personas del Chachani quedó diezmado esta vez a 9.
El Coropuna, hollado el mismo año del descubrimiento de Machu Picchu
(1911) y por la misma persona Hiram Bingham,
es la
tercera montaña más alta en los andes peruanos y aunque no presenta
dificultades técnicas, su gran elevación y lo alejado de todo tipo de
civilización, hacen de este ascenso una real sensación de aventura aún en estos
años de tanta tecnología.
5 horas de duro porteo nos
tomó llegar a las 5500 m. del campamento 1 donde disfrutamos un atardecer
mágico. 1 de la mañana fue la hora programada para levantarnos y tomar algo
ligero para empezar la subida a nuestra meta final. Durante el exigente ascenso
uno a uno nuestros incansables y entusiastas compañeros fueron mermando sus
fuerzas hasta quedar solo 4, quienes alcanzamos el inicio glaciar al amanecer.
Atravesamos curiosas formaciones de hielo tipo canales más altas que una
persona, un lugar mágico e irreal …
Apenas con tiempo para tomar
fotografías ingresamos a una zona de hielo tipo escaleras algo empinada que
atravesamos sin crampones hasta alcanzar una zona de rocas que nos condujo al
glaciar superior, una gigantesca pendiente de hielo que parecía no tener fin, al
mismo tiempo, sobre nuestras sudorosas cabezas, se formaba un arco iris impresionante
que rodeaba el sol. Qué más le puedo pedir a la vida pensaba jadeante
imaginando el final de tan tediosa pendiente.
Alcanzamos la cumbre
secundaria, ya a mas de 6300 m. cerca de las 8 de la mañana y luego del
descanso respectivo, alcanzamos al unísono la cima principal de la montaña a
las 9 de la mañana con un clima perfecto para ser finales de noviembre. Esa
misma tarde estábamos de regreso a la carretera esperando el bus que nos
condujo de nuevo a la ciudad de Arequipa, donde llegamos a la mañana siguiente.
Esta vez no me importó ver
la cumbre de los volcanes ascendidos desde la ventanilla del avión regresando a
casa, solo quería ver a mis hijos y a mi esposa y contarles como estuvieron
conmigo allá arriba.
Sergio
Ramírez Carrascal
www.nuestramontana.com
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2 comentarios:
Hola Sergio, primero felicitaciones hermano por tan linda aventura de ascensión al Coropuna, un gran reto, yo recién me estoy iniciando en el montañismo, pero me gustaría ir ascendiendo de a pocos, hace un par de años me hice el trekking por el cañón del Colca y luego hice rafting en el Chili, pero quisiera hacer este año mi primer 5,000 y he pensado en empezar por el Misti. ¿Podrías recomendarme en que temporada y si tienes algunos guías amigos tuyos que pueda contactar allá? te lo agradecería un montón.
Te felicito nuevamente y agradezco por tan maravillosa experencia y compartirla.
Te mando un fuerte abrazo y ojalá algún día pueda dártelo en lo alto de una montaña.
Gracias por el comentario Miguel y mucha suerte en tu ascenso al Misti este 2013 !
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